El pasado miércoles 14 de agosto se jugó en Estambul uno de los primeros títulos de la temporada, la Supercopa de Europa. El Liverpool ganó al Chelsea en los penales, al errar uno de ellos el inglés, de padre nigeriano, Tammy Abraham.
Lo que deberían haber sido mensajes de apoyo para una de las promesas del Chelsea y del futbol inglés se ha tornado en pesadilla. Una parte de la afición no le perdona su fallo y se ha puesto en contra de él. Pero lo que empezaron siendo criticas se han convertido en insultos racistas para un jugador joven que tiene mucho futuro por delante.