Ha llegado noviembre. El frío se acerca poco a poco. La oscuridad avanza, calle a calle, minuto a minuto. Las ciudades se vacían con la noche y las luces de los salones comienzan a encenderse. Pocos se asoman a los balcones. Casa parece el mejor refugio. Siempre habrá algo con lo que calentarse. Algo así debieron pensar ayer todos los que acudieron al Camp Nou. Nada como un partido en Can Barça para ver a su equipo jugar. Sin embargo, el Barcelona jugó uno de los partidos más planos y fríos que se recuerdan en los últimos años. Incapaces de sobrepasar la línea del Slavia.