El ansiado descanso de Gerard Piqué llegó ayer en Villarreal. Después de haber disputado todos los minutos de Liga hasta ahora, el central azulgrana se quedó en el banquillo y su suplencia no pudo llegar en un momento peor para el Barcelona. El defensa tuvo que ver cómo su equipo naufragaba ante el submarino amarillo en un partido donde el los azulgranas mostraron una fragilidad defensiva inusual y estuvieron a punto de salir derrotados.
A lo largo de la temporada Piqué ha estado a un gran nivel y ante el Villarreal quedó claro por qué es actualmente el mejor central de la plantilla.