Ivan Bebek, encargado de dirigir el envite entre ambas selecciones, decidió interrumpirlo por los cánticos racistas hacia futbolistas ingleses que llegaban desde la grada. Primero con 0-2 y luego con 0-3, los ultras búlgaros se refirieron a Sterling, Rashford y Mings.
El partido internacional entre Bulgaria e Inglaterra, séptimo de la fase de clasificación para los locales y sexto para los visitantes, demostró que el racismo sigue siendo un problema pendiente de erradicar en los campos de fútbol. El estadio Vasil Levski fue el escenario en el que los futbolistas de Manchester City, Manchester United y Aston Villa, respectivamente, recibieron cánticos por su color de piel.