En la ida de los octavos de final de la Copa Libertadores, Independiente y Santos no jugaron un buen partido en Avellaneda. El encuentro terminó 0-0 y quedaron sensaciones encontradas para ambos equipos. Los argentinos se conformaron con no haber recibido goles, con la importancia del gol de visitante y el equipo brasilero terminó con la tranquilidad de que ganando de local clasificaría a cuartos de final.
Más allá de lo que ocurrió en el campo de juego, cuando terminó el encuentro hubo una situación que empezó a generar preocupación en Santos. Carlos Sánchez, que formó parte del equipo titular, había sido expulsado en el 2015 jugando para River y nunca había cumplido con la suspensión.