Parecía que la Comisión Disciplinaria actuaría a la altura de las situaciones y, al final, todo fue un engaño.
La La Land era la favorita para consagrarse con el mejor premio de la Academia. Era imposible que no sucediera; ¿quién podría resistirse al encanto imaginado por Damien Chazelle y protagonizado por Ryan Gosling y Emma Stone? Las cartas estaban sobre la mesa y solo era cuestión de confirmar lo inminente. Segundos después, en un acto meramente insólito y que quedó marcado para la historia de los Óscar, el legendario Warren Beatty explicó el infortunio y ofreció disculpas por el ridículo no planeado.