Hace ya bastantes años que Florentino Pérez cerró el grifo de los grandes fichajes en el Real Madrid, atrás quedaron las inversiones millonarias que se hicieron con jugadores como Cristiano Ronaldo, que quedó bien rentabilizada, o Gareth Bale. El presidente y director deportivo de la casa blanca decidió cambiar su planteamiento, su percepción del mercado futbolístico, para encaminar todos los fichajes con vistas al futuro.
James Rodríguez fue el último gran fichaje de Florentino, 75 millones invirtió en el colombiano tras convertirse en la revelación del Mundial de Brasil de 2014. Desde entonces la política de fichajes del Real Madrid ha ido tornándose en la búsqueda de jóvenes promesas, más o menos conocidas, para terminar de formarlas en Valdebebas o en alguna cesión.