La mejor de todos los tiempos. La más condecorada. La más ganadora. Suena cursi, pero para mí lo más satisfactorio y gozoso de los Juegos Olímpicos no es saber qué país lidera el medallero, sino cuando los mejores atletas del mundo muestran respeto y admiración mutuos, especialmente después de un desempeño por debajo de lo esperado. El lunes, último día de la competición de gimnasia artística, Simone Biles y Jordan Chiles, las estadounidenses que se llevaron las medallas de plata y bronce en la final de suelo, mostraron esa deportividad ante la brasileña Rebeca Andrade, quien ganó el oro.