En la era moderna (MLS) de Minnesota United, que no cuenta ni siquiera con tres años de historia, no se había vivido momentos de entusiasmo y confianza en el equipo como el que se vive ahora después del apretado triunfo 1 × 0 frente a Dallas. La verdad es que los acontecimientos de la noche del 13 de julio se pueden resumir en 90 minutos de juego muy enredado, con muy pocas opciones de gol y con un Minnesota United que no quiso o no pudo ser el que marcara y el ritmo del partido como se le pide la mayoría las veces a los equipos que actúan de local.