LOS ÁNGELES – Una derrota vendida cara.
Eso fue lo que sucedió el miércoles por la noche en Oakland, en el que a priori era el partido más adverso de la temporada – por un sinfín de razones.
Por si enfrentar al campeón defensor con Kevin Durant a la cabeza en su propio recinto no era suficiente, los Lakers lo hicieron con una rotación inédita y prácticamente vacía en el perímetro 24 horas después de un partido emotivo ante los Denver Nuggets.
A las lesiones de Josh Hart y Brandon Ingram se sumó la de Kyle Kuzma, quien se esguinzó el tobillo derecho y no pudo ser de la partida, obligando a Luke Walton una vez más a reconfigurar su alineación.