Sentado en una silla metálica, Larry Nance Sr. obersvó la práctica de baloncesto de su hijo con algo peculiar en su cabeza.
Para la mayoría, una gorra de los Lakers en el gimnasio del equipo en El Segundo no es nada para sorprenderse – pero para un tres veces All-Star que batalló ante L.A. en un par de duelos de playoffs, fue algo que muy pocos hubieran esperado.
“Cuando jugaba en Phoenix, los Lakers eran aquel equipo duro que venía y nos destrozaba todo el tiempo”, dijo tras la práctica de los Lakers el miércoles por la tarde.