LOS ÁNGELES – Más allá del marco, la ocasión y el rival, lo que necesitaban los Lakers era una victoria.
Tras regresar de la gira de carretera más larga de la temporada, una en la que ni los resultados ni las lesiones los acompañaron, los pupilos de Luke Walton ansiaban un triunfo para cambiar el aire y para renovar energías.
Que ese triunfo fuera en Navidad (una fecha en la que los Lakers no ganaban desde 2012) y ante los Clippers (un rival que los había vencido en las últimas 11 ocasiones), resultó ser solo la frutilla del postre.