LOS ÁNGELES – Está claro que sacar demasiadas conclusiones de cualquier juego de pretemporada – y sobre todo ante un rival que no juega en la NBA – no es muy inteligente, pero los Lakers jugaron un partido muy auspicioso el domingo por la noche.
Los dirigidos por Byron Scott redondearon una muy buena actuación que solo se vio apenas empañada por las 22 pérdidas de balón, muchas de ellas por exceso de lujo y otras tantas debido a la gran presión del equipo israelí.
Al final, el saldo es más que positivo, tanto desde lo colectivo como lo individual, y hubo mucho para destacar.