“Definitivamente un inflador de confianza”.
Así describió Kyle Kuzma la tremenda victoria que se robaron los Lakers el jueves por la noche en el Chesapeake Arena de Oklahoma City.
Y es que los laguneros, tras encontrarse en un pozo de 17 puntos debido a otro comienzo en falso, ofrecieron una indudable muestra de corazón y básquet para vencer a uno de los mejores equipos de la NBA.
El triunfo, concretado a lo largo de unos 53 minutos equivalentes a una montaña rusa, se terminó justificando en un tiempo suplementario soberbio – con una clase magistral de los jóvenes del plantel.