LOS ÁNGELES – “No le tiene miedo al momento”.
Ese fue el halago que eligió Luke Walton para enaltecer a Nick Young tras el bombazo que le dio la victoria a los Lakers y puso a delirar al STAPLES Center el martes por la noche.
El alero, una de las grandes revelaciones del equipo púrpura y dorado esta temporada, hizo justicia por mano propia y, con una jugada exquisitamente desordenada, definió un partido que se le había complicado más de la cuenta a los Lakers.
Abajo por un punto en el marcador tras ir ganando a lo largo de casi toda la noche – y en medio de una ráfaga incontenible de Russell Westbrook – Young partió desde el lado débil, interceptó un pase que era para Lou Williams y mandó a volar el que fue su cuarto triple de la noche, generando el descontrol en la banca local y en las gradas, donde casi 19,000 almas explotaron al unísono.