LOS ÁNGELES – Demoledor.
Julius Randle completó la mejor actuación de su carrera con un partido dominante, confirmando que continúa atravesando su mejor momento como profesional.
El ala-pivot destruyó a la defensa de los Cleveland Cavaliers a lo largo de la noche, y simplemente no importó el marcador que se le asignara en cualquier momento específico. Al texano, el domingo, no lo iba a poder parar nadie.
Su producción fue más allá de los 36 puntos (mejor marca de su carrera), 14 rebotes, siete asistencias, un robo y dos tapones. Fue un concierto de poder y potencia mezcladas con destreza y estilo, para hacerse amo y señor de la pintura de los visitantes.