La semana de preparación para este compromiso entre equipos que regularmente no se ven mucho tuvo dos tintes muy diferentes. Por un lado, unos crecidos Vaqueros luego de la desmantelada que le dieron a los Jefes, mientras que del otro lado un verdadero rompecabezas bajo nubes grises en el horizonte luego de su propia debacle en Carolina.
Al silbatazo final en el Mercedes-Benz Stadium en Atlanta los que se quedaron para ver el reloj en ceros celebraron no solo la victoria, pero también el hecho de hacerlo de manera categórica y convincente con marcador final de 27-7 ante una buena entrada, sin ser un lleno completo.